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martes, 3 de septiembre de 2013

Suite 204

Eran casi las cuatro de la mañana cuando llegue a casa. Estaba cansada pero no tenia sueño, era mas un cansancio mental, me urgía una ducha aunque ya me había dado una antes de salir del hotel. Al abrir el bolso vi el sobre con el dinero. Tenia sensación de irrealidad, de no ser yo la figura que veía en el espejo del baño con ropa interior roja.

Probé a quitármela despacio como había hecho unas horas antes frente a él. Trate de adivinar sus pensamientos, me dio una vergüenza horrible, me vi muy torpe, igual que me había sentido en el hotel. La misma sensación humillante  ahora delante del espejo que la de antes frente a su cara inexpresiva, sin emociones.

Me hizo bien el agua, primero caliente luego cada vez mas fría. Me tumbe en la cama medio mojada. Poco a poco me fui quedando dormida.

Tuve que llamar a la agencia desde el taxi, llegaría tarde por el atasco y no recordaba el numero de habitación -suite 204 y tranquila, no pasa nada, yo le aviso- Me contesto Ana.

Ya había estado en el hotel en alguna reunión de trabajo y pensé que de alguna forma esta lo era también


Salón rojo a la entrada, a juego con mi atuendo... seria un buen presagio ?, desgraciadamente no tenía tiempo para consultar el I Ching

Era un hombre de unos cincuenta años, alto, grueso, canoso, inexpresivo. Espere mientras él hizo algunas llamadas, casi me ignoraba. 

Fuimos a cenar a un restaurante de moda cercano al hotel, cocina japonesa. No era unos de mis ligues habituales, esos chicos que me tenia que impresionar con su humor su conversación, ahora era yo quien tenia que resultarle agradable a él.



Hablé, conté cosas le pegunté sobre sus aficiones, era un buen conversador, culto y lo hizo fácil
"Así que soy tu primer cliente", me soltó de repente, sonriendo ligeramente. Sentí el golpe en la mandíbula, el que derriba a los boxeadores. Lo encajé. -"Si"-" Lo vas a hacer muy bien"- Me ardía la cara, de nuevo el color rojo, y me sentía rabiosa, mas que con él conmigo misma.

Cambió de tema y volví al tono amable que de nuevo cambió cuando llegamos a la habitación.-"Desnúdate muy muy despacio"- Se sentó y me observó con una actitud gélida. 

 
 


El peso de un cuerpo grande, los besos con olor a alcohol, su sudor ,mi sudor, el sabor de la goma de un condón, mis gemidos fingidos, su respiración fuerte.-"Lo has hecho muy bien, nena"-"Gracias, espero que me vuelvas a llamar....ha sido una noche muy agradable"-

Me molestaban los tacones pero hacia una noche fantástica y necesitaba caminar algo antes de ir a casa





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